25 mayo 2008

Y el Chiki-chiki se acaba así (by David Gistau)

Cosas que ayudan a ganar Eurovisión:

1- Llevar una intérprete cuyas caderas te provocan pequeños infartos de felicidad cada vez que se mueven, como Ani Lorak (la de Ucrania, vamos).

2- Llevar un intérprete que sea un sex-symbol para todas las adolescentes que vivan en los paises antes llamados "del Telón de Acero", como el bollicao de Dima Billan (el ganador, de Rusia).

3- Llevar una intérprete monísima que mueva sus caderas (otra vez) al ritmo de una alegre y juvenil (es un decir) tonadilla, como la griega Kalomira.

4- Tener inmigrantes de tu país repartidos por toda Europa, como les sucede a los armenios, que auparon a su canción hasta el cuarto puesto, a pesar de cantar en quinto lugar.

5- Ser eslavo, nórdico o de cualquier país de esos que se votan entre ellos. Endogamia eurovisiva, que cosas.

Cosas que no ayudan a ganar Eurovisión:

1- Llevar un intérprete feo.

2- Llevar un intérprete que no sabe cantar.

3- Llevar una canción que no es canción.

4- Llevar un estilismo psicodélico si no lo ha firmado Jean Paul Gaultier.

5- Ser de un país de Europa Occidental.

¡Anda leches! ¡Si los cumplimos todos! Ahora en serio, ¿no tienen nada más urgente ni perentorio en lo que gastar el dinero que en llevar a ese payaso a Belgrado a gastos pagados? Y luego hablarán del agujero de Televisión Española. Me consuelo repasando la actuación de ese peazo de mujer llamada Ani Lorak. ¡Viva Ucrania!

19 mayo 2008

Justicia (2)

Aunque tarde, no quiero dejar pasar la ocasión de reseñar que la Justicia española ha perdido una ocasión de oro para poner puertas a ese campo, a ese jardín de plantas ponzoñosas que se conoce como "prensa del corazón". En efecto, quizás la querella que Telma Ortiz interpuso contra 50 medios de comunicación estuviese mal concebida o fuese demasiado ambiciosa o quiese cosas que no podían ser y además eran imposibles, pero lo que sí está claro es que la persecución que esta mujer sufre por parte de los paparazzi es inmoral e intolerable.

Aquí no estamos discutiendo los posibles privilegios de Telma como hermana de la Princesa, sino hasta dónde llega el derecho a la información con respecto al de la intimidad. No parece creible el pensar que ver a esta mujer bajando la basura por la noche al contender sea una información terriblemente importante para la humanidad. No puede valer todo para tener mejor mercancía (léase, imágenes) para vender al mejor postor (léase, televisión). Incluso hay una sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo a favor de Carolina de Mónaco, reconociendo que incluso una persona tan pública como ella tiene derecho a su intimidad. Es el mismo caso que aquí, solo que en ésta querella se ha querido aplicar una censura previa contra todo el mundo, cosa que es inviable en nuestro ordenamiento jurídico. Por lo tanto, el problema ha sido de forma, no de fondo.

Desde este humilde rincón de la blogosfera animo a Telma Ortiz en su lucha por mantener su intimidad... íntima, y animo a todo personaje público a presentar querellas contra esa subespecie de seres humanos que se alimenta de las desgracias ajenas, conocida popularmente como "periodistas del corazón". Y para combatirlos, marchando otra descarga de "Sé lo que hicísteis...".

11 mayo 2008

Foto

ÉSTA ha sido la foto que más me ha llamado la atención... iba a decir últimamente, pero creo que en toda mi vida. La tomó Gervasio Sánchez en Mozambique, la vi publicada en el Magazine de La Vanguardia y ahora ha ganado el Premio Ortega y Gasset de Periodismo en Fotografía. Difícil precisar si la fotografía me impacta más por la crudeza, por la belleza o por la ternura que muestra. Como dice Gundlach, la única foto digna de ser hecha es aquella que emociona tiempo después de hacerla.

02 mayo 2008

Envejeciendo, que es gerundio

Mira que pijada he encontrado a través de las páginas de Kirai: nada menos que un envejecedor de fotos (que no es Marca ACME, eso sí). Está en japonés, pero su uso es bastante sencillito (intuitivo, que dicen los expertos). Ahí va una muestra de lo que me sale jugueteando con una de mis fotos.

¿Berlín a finales del siglo XIX? Nooo... en 2005